Abril Cruel

Este mes traicionero en el que la tierra florece mientras el mundo se descompone en silencio. Como advirtió T. S. Eliot: “el mes más cruel”. En apenas veinte días, la historia ha soplado con violencia su aliento sobre los peones del tablero. Algunos han caído. Otros, simplemente han desaparecido.

Donald Trump regresa con el aura turbia del profeta. Esta vez no promete grandeza, sino venganza. América se atrinchera en sí misma, blandiendo aranceles como espadas. La globalización, esa religión moderna, entra en crisis de fe.

América Latina, muda. Herida doblemente: por la pérdida de sus referentes y por su irrelevancia creciente. Ya no figura en el coro de voces que dan forma al siglo.

Y mientras el mundo cristiano celebraba la Resurrección, el Vaticano cerraba un capítulo. Un pontificado largo, a veces brillante, otras sombrío. Se esfuma. El rumor de un Papa africano ya no es fantasía. No se trata solo de religión: es geopolítica del alma. Porque incluso la fe obedece a los movimientos del eje terrestre.

En otro escenario —más sutil, más implacable— China no habla. No amenaza. No proclama. Solo invierte. Con la elegancia del depredador paciente, bate récords de capital extranjero en España. No compra empresas: compra futuros. Compra tiempo. Y lo hace con la cortesía de quien no necesita explicarse.

En algún rincón de la vieja Europa, una cafetera italiana deja de silbar. El vapor ya no asciende como antes. La marca Bialetti, símbolo de la rutina continental, ha sido absorbida por un fondo chino. No se trata solo de una empresa comprada: es una postal de lo que fuimos. Mientras Europa se despierta más cansada que lúcida, otros han aprendido a madrugar mejor.

Y al fondo, entre sombras largas y libros aún abiertos, abril se lleva también a Mario Vargas Llosa. Se apaga una voz que supo narrar la violencia sin perder la belleza. Con él se apaga un espejo. Ya no queda quién nos traduzca el alma cuando la realidad se vuelve monstruosa.

Porque eso es lo que estamos viviendo. No un cambio. No una transición. Sino una mutación.

Ya no hacen falta guerras declaradas. El poder dejó de marchar al ritmo de los himnos. Hoy se infiltra. En algoritmos, en cables, en contratos opacos. En una dependencia que se disfraza de eficiencia.

Porque este abril ha sido demasiado real. Demasiado largo. Demasiado lleno.

¿Casualidad? ¿Conspiración? Hollywood ya ha tomado nota. Algún guionista, en este momento, teclea un basado en hechos reales que veremos en pantalla dentro de cinco o seis años. La historia, ya lo sabemos, se repite. Primero como tragedia. Luego como tráiler.

Como proclamaba el siempre lúcido Vargas Llosa:

“Cuando la realidad se vuelve irresistible, la ficción es un refugio. Refugio de tristes, nostálgicos y soñadores.”

Y usted,
¿en qué parte del tablero está?
¿Coloca fichas o sólo las observa caer?

Abderrahim Ouadrassi
Abderrahim Ouadrassi

CEO y fundador de la cadena SAIFHOTELS, que lleva la gestión de varios hoteles en Marruecos, y de la inmobiliaria RELASTATIA. Ha ejercido de colaborador semanal en el periódico balear Última Hora, sobre temas de internacionalización y actualidad económica. Actualmente es el presidente de la FUNDACIÓN EUROAFRICA, que busca integrar y facilitar los vínculos comerciales, culturales e institucionales entre los dos continentes.

Artículos: 247

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *