La Guerra Palestina: Un Grito de Desesperación en una Cárcel Abierta

En los últimos días, el mundo ha sido testigo de un nuevo brote de violencia en Oriente Medio, con una vez más, cifras alarmantes de israelíes muertos que llenan los titulares. Pero en medio de estas trágicas cifras, la pregunta que a menudo se pasa por alto es: ¿por qué los palestinos están muriendo todos los días, sin juicio, sin derechos, jóvenes y niños, durante más de 70 años?

Los palestinos viven en lo que podría describirse como una «cárcel abierta», donde la ocupación israelí ha restringido su movimiento, sus recursos y su futuro durante décadas. La comunidad internacional tiende a medir la defensa de los territorios de manera selectiva, con un doble rasero evidente. Mientras que la situación en Ucrania despierta una atención constante, la tragedia palestina parece haberse vuelto parte del paisaje.

Gaza, una franja de tierra densamente poblada, es una cárcel sin techo, donde cada movimiento de sus habitantes es monitoreado. La vida allí es insoportable, con un futuro incierto y sin esperanzas. La población ha perdido la fe en un mundo que parece hipócrita en su condena de los asesinatos de civiles en otros lugares, mientras que en Gaza, la violencia se ha convertido en una rutina. Es fundamental condenar la violencia, sin importar el bando, ya sea en Israel, Palestina, Ucrania o Rusia.

El ascenso de Hamas, una fuerza que ha demostrado ser real, ha desafiado la percepción de una impenetrable máquina militar israelí. Ha sacado a la luz la necesidad de sentarse a dialogar con los verdaderos líderes de Gaza y ha cambiado el juego en la región. Además, Irán, con el respaldo de China, ha entrado en el tablero de juego, lo que añade un elemento adicional de complejidad a la situación. Arabia Saudita, en calidad de gran árbitro, tendrá un papel crucial en el futuro de la región.

Es importante señalar que muchos judíos no apoyan las políticas de Israel y están en solidaridad con el pueblo palestino en su lucha por permanecer en su tierra ancestral. La búsqueda de una solución duradera debe comenzar con el reconocimiento de la ocupación y un compromiso renovado con un diálogo genuino por la paz.

Más allá de las cifras de muertos que inundan los titulares, la guerra palestina es un grito de desesperación de un pueblo atrapado en una realidad cruel. La solución radica en poner fin a la ocupación y embarcarse en un diálogo auténtico por la paz, reconociendo que la justicia y la coexistencia son la única vía hacia un futuro mejor para todos en la región.

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